La Navidad es especial en Japón (y bastante distinta) por culpa de KFC. ¿Sabías que la cadena de comida es un destino habitual en estas fechas? Cerca de 4 millones de familias japonesas comen pollo frito de estos establecimientos durante las Navidades. Se ha convertido en una tradición que ya ha pasado de generación en generación, puesto que tiene su particular historia.
Resulta que todo se debe a Takashi Okawara, el primer manager de un KFC en Japón, allá por el año 1970. Se dice que la inspiración vino de un sueño, donde vio un cubo de pollo frito especialmente indicado para ser vendido en Navidad. ¿La idea? Que los extranjeros de visita en Japón tuvieran una alternativa occidentalizada, de forma que no echaran demasiado de menos sus países de origen durante estas celebraciones.
Sin embargo, la iniciativa alcanzó una mayor envergadura, y en pocos años se acabó convirtiendo en un auténtico fenómeno gracias a una elaborada campaña de marketing. En los anuncios, se mostraba a familias unidas en torno a los cubos de pollo frito. Para reforzar el mensaje, se vistió de Santa Claus a la icónica mascota de KFC (Coronel Sanders, fundador de la cadena). Esto es algo que llamaba la atención de los nipones, poco acostumbrados a celebrar en familia esta festividad. De ahí que tuviera tanto éxito: encontró una potente oportunidad de mercado.
Pollo del KFC por Navidad en Japón
Para nosotros podría resultar raro celebrar la Navidad con comida rápida, pero los japoneses no tienen la cultura navideña tan arraigada, y de hecho el cristianismo es muy minoritario en el país. Para ellos, comer comida de KFC es simplemente una excusa para reunirse, para pasar un día compartiendo la comida en torno a la mesa.
La cadena KFC en Japón vende hasta 10 veces más el día de Navidad, comparado con el resto del año (en 2019, cerca del 10% de las ventas anuales se concentraron en estas fechas). También se forman importantes colas para hacer los pedidos, que habitualmente se llevan a casa. En los últimos tiempos, aparte de pollo frito, se diseñan unos packs especiales de Navidad en que se incluye una tarta (muy típico de la Navidad japonesa) e incluso vino.
KFC Japón vendió el comer pollo en Navidad como algo muy occidental. Este carácter exótico tuvo un intenso atractivo en un país que, en la década de los setenta, estaba recibiendo una potente influencia de países como EEUU. De ahí viene la formación de esta peculiar tradición. ¿Qué opináis sobre ella? ¿Os veis comiendo pollo frito del KFC en Navidad? Muchas familias japonesas, desde luego, lo seguirán haciendo.