Hemos visto la imagen de multitud de personas usando pantallas faciales para hacer frente al coronavirus (COVID-19) a fin de evitar los contagios. Sin embargo, el superordenador Fugaku, el más rápido del mundo, ha calculado que la totalidad de partículas flotantes en el aire de 5 micras se escapan a través de estas barreras de plástico.
¿Qué quiere decir esto? Que estas pantallas resultan inútiles para proteger contra el virus. Makoto Tsubokura, el responsable de Riken, instituto de investigación situado en Kobe, afirmó que las pantallas no deberían suponer una alternativa a las mascarillas. De acuerdo a la simulación realizada, la mayor parte de partículas escaparon a través del hueco existente entre la pantalla y la cara.
Este tipo de protección está indicada especialmente para personas que no puedan usar mascarillas por problemas relacionados con el sistema respiratorio. Sin embargo, Tsubokura recomienda solamente usar las pantallas de protección facial en aquellas situaciones, tanto de interior como de exterior, en que exista una buena ventilación.
El ordenador Fugaku está siendo utilizado actualmente para investigar el COVID-19 y ayudar a controlar la pandemia. Su desarrollo comenzó en 2014, y aunque se espera que esté a pleno funcionamiento durante el 2021, algunas de sus partes ya están operando. Actualmente es el superordenador más rápido del mundo y se encuentra situado en Kobe, en el centro de ciencia computacional de Riken.
FUENTE: The Guardian