Una de las cosas que más llaman la atención a los turistas que visitan Japón es la omnipresencia de máquinas expendedoras. Están absolutamente por todas partes. Abundan en las zonas más concurridas, pero algo que sorprende especialmente es que en zonas rurales, incluso las más alejadas, pueden encontrarse las conocidas como Jidohanbaiki (自動販売機).
Según se comenta en webs de referencia como Japonismo, hay una máquina por cada 23 personas, lo cual hace más de 5 millones de unidades en Japón. Supone un elemento por tanto importante de la sociedad japonesa, pero lo que te preguntarás es por qué existen tantas y a qué se debe su uso tan extendido. Lo que podemos decir desde aquí es que resultan realmente útiles, en particular cuando no tienes cerca una «convenience store».
Te sacan de un apuro, o simplemente te ofrecen una bebida o aperitivo por si te apetece en ese momento. Además el precio no resulta exagerado, como sí ocurre en muchas máquinas que tenemos en España. Los precios de los productos varían entre zonas, pero apenas unos yenes (realmente pocos). Además, tienen una integración excelente con métodos de pago como la tarjeta Suica, con lo cual la facilidad de uso es simplemente alucinante.
Exponemos a continuación algunas de las razones que hemos encontrado para la proliferación de estas máquinas expendedoras, que es un rasgo que diferencia a Japón de otros países del mundo:
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La comodidad
Como apuntábamos, es una de las grandes ventajas. Hay zonas de Japón que son realmente estresantes, y disponer de máquinas expendedoras evita que tengas que desplazarte a la tienda más cercana. Todo tipo de instalaciones, incluidas las empresas, disponen de estas máquinas para que no tengas que moverte demasiado.
Japón es un país seguro
Allí respetan lo común, y es extremadamente raro ver una máquina expendedora golpeada, cosa que no ocurriría en otros países. Esta es una de las razones principales para explicar que las máquinas expendedoras puedan no solamente existir, sino ser tan numerosas.
Precios competitivos
Lo más común es que la mayor parte de productos de una máquina expendedora cuesten 100 yenes, ya se trate de un té, un café, un refresco, etc. Es un precio similar al que encontrarías en una «convenience store», así que no te sientes estafado y merece la pena.
Venden de todo (o casi)
En el aeropuerto se pueden encontrar máquinas que venden tarjetas sim con Internet para el móvil. En algunos restaurantes también las tienen para pagar un ticket de comida con el que después te preparan el plato en cuestión. Agiliza el proceso y resulta ideal para extranjeros que no conocen el idioma.
Utilidad y servicio al ciudadano
Aparte de que suponen un elemento integral de los espacios urbanos y rurales, son máquinas de bajo consumo y ofrecen sus productos de forma gratuita en caso de desastre natural, como terremotos.
Mantenimiento
En Japón cuidan mucho las cosas, y es raro encontrar una máquina averiada. Además, a pesar de la existencia de tantas máquinas, no hay envases tirados en el suelo, tanto por educación, como porque existen suficientes contenedores y se encuentran bien situados.
Es un negocio
Es evidente, pero lo que no se sabe tanto es que cualquiera puede convertirse en propietario de estas máquinas a cambio de una tasa. De esta forma, puede suponer una segunda fuente de ingresos.
¿Qué os parecen las máquinas expendedoras? ¿Habéis tenido algún tipo de experiencia con estas máquinas? ¿Os parecen útiles? ¿Funcionaría el mismo planteamiento en países occidentales, y más en particular España? Hace un tiempo, en Kiotokio tratamos el tema, en particular las máquinas expendedoras que venden mascarillas.
FUENTE: JAPÓN AND MORE