Nagasaki quiere que el Gobierno de Japón firme el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares, cuya negociación comenzó en la ONU hacia principios del 2017. A pesar de que fue aprobado ese mismo año, Japón no se adhirió al tratado, debido a que tenía interés en poder optar a este tipo de arma (probablemente en consecuencia a la amenaza constante de Corea del Norte). No obstante, el tratado se espera que entre en vigor a comienzos de 2021.
Japón comparte los objetivos de este tratado, principalmente la abolición de las armas nucleras. Sin embargo, diferimos en el acercamiento a la cuestión, y por eso no firmaremos.
Katsunobu Kato, Ministro de Estado
Debido a la proximidad de esta fecha, la asamblea municipal de Nagasaki está insistiendo en que Japón firme el tratado. En concreto, se pide que el país participe como observador en las reuniones. Nagasaki también está interesada en tener algún tipo de papel en las conferencias, como sede de las mismas. La postura de la ciudad es clara: las armas nucleares son una amenaza para la humanidad y deben ser eliminadas.
Entre otros aspectos, otra de las proclamas de la asamblea municipal de Nagasaki es que se trabaje para que países con material nuclear dialoguen con el resto de naciones para llegar a un acuerdo. El objetivo final sería «tender puentes» para tratar de alcanzar el máximo consenso y apoyo en torno a este tratado. Parece todo demasiado bonito para que se haga realidad, ¿verdad?
El caso es que Japón, a pesar de haber sufrido el azote de las bombas nucleares, actualmente se encuentra bajo la protección de EEUU (con cabezas nucleares en activo). ¿Qué ocurrirá finalmente? ¿Seguirán Japón y EEUU con su particular política militar de autoprotección frente a amenazas como Corea del Norte?
FUENTE: Japan Times